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Los SUV de altas prestaciones no son nada del otro mundo, haciendo referencia claro está, a que no son novedad de ninguna clase, es un concepto que existe casi desde el primer momento de aparecer los SUV en el mercado. Son un claro ejemplo de la asfaltización de este tipo de coches y en ocasiones, sorprenden con unas prestaciones y un comportamiento capaz de sacar los colores a más de un deportivo. El Audi SQ5 TFSi es un ejemplo de esos SUV cañeros y rápidos cuál deportivo gracias a sus 354 CV y 500 Nm de par. La versión más deportiva de la gama Q5 ya que no tendrá variante RS como si la tiene el Q3.
Reconozco, personalmente y aquí delante de todos, que suele dar mucha caña a todos los SUV. Y no porque sean malos coches, todo lo contrario. En verdad, un SUV es un tipo de coche muy versátil y práctico, con un comportamiento en carretera casi calcado al de un turismo y su agrado de conducción es completamente satisfactorio. El tema es que no le veo sentido, precisamente, a coches como el SQ5. Un SUV deportivo, pero deportivo asfálticamente hablando, que pierde totalmente las pocas capacidades que ofrecen para circular por sendas y caminos, pierde todavía más el sentido. Tampoco entiendo muy bien la existencia de modelos cada vez menos capaces fuera de carretera. Para eso están los turismos y demás tipos de vehículos, ¿no?
Pero vamos a dejar de lado estas ideas que, si tenemos en cuenta el nivel de ventas y la cantidad de modelos que aparecen cada día, se presentan un tanto peregrinas. Centrémonos en el protagonista, en el nuevo audi SQ5 TFSi que así de entrada y a simple vista, resulta más atractivo que las versiones normales del Q5. Los detalles cromados se cambian por otro de color negro que le dan un aspecto más agresivo y la calandra no resulta tan… poco agraciada. También ayuda el kit de carrocería que aunque escueto, se deja notar junto con las llantas de 20 pulgadas y a la menor altura respecto al suelo.
Resumiendo. Con ayuda del cambio Tiptronic de 8 relaciones y el sistema de tracción total, es capaz de hacer el 0 a 100 en 5,4 segundos y de alcanzar el tope del limitador electrónico (250 km/h) con relativa facilidad. Tiene control selectivo del par para la tracción quattro, un diferencial deportivo en opción y una nueva dirección electromecánica con ajustes específicos. También cabe destacar la reducción de 35 kilos respecto al anterior Audi SQ5 TFSi, marcando en la báscula 1.995 kg.
Estará disponible a mediados de 2017, con un consumo homologado de 8,3 litros y sin que haya pecio confirmado todavía para España.